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Riesgos Globales: 20 años anticipándonos al futuro

Riesgos Globales futuro

El año 2005 comenzó en sábado. Mar adentro (Alejandro Amenábar) ganaba el Oscar a mejor película de habla no inglesa; Harold Pinter, autor de Retorno al hogar, recibía el premio Nobel de Literatura; y el célebre piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso se alzaba con el premio Príncipe de Asturias de los Deportes. 2005 también fue el año en el que se publicó la primera edición del Informe de Riesgos Globales

En estas dos décadas, han sido muchos los acontecimientos, tanto en nuestro país como a escala global, que han hecho que cambien nuestro panorama, perspectivas de futuro y anticipación. A lo largo de todos estos años, las distintas ediciones del Informe Global de Riesgos han tratado de arrojar luz y anticipar los distintos desafíos que los líderes mundiales atisbaban para el futuro inmediato, así como para el medio y el largo plazo.

El informe de este año nos muestra una posición más pesimista, con un horizonte incierto y desafíos cada vez más complejos. Estamos enfrentando tensiones nunca vistas, como la fractura de la confianza mundial, la crisis climática o un aumento de las fracturas globales. El informe señala un símil entre la fragmentación global actual y la que se vivió durante la Guerra Fría, respaldado por los resultados de la encuesta, con un 52% de los participantes que prevén un panorama mundial inestable para los próximos dos años.

A medida que entramos en 2025, la perspectiva global está cada vez más fragmentada en los ámbitos geopolítico, ambiental, social, económico y tecnológico. Solo en el último año, hemos sido testigos de la expansión y escalada de conflictos, de una multitud de fenómenos meteorológicos extremos amplificados por el cambio climático, de una polarización social y política generalizada y de continuos avances tecnológicos que han acelerado la difusión de información falsa o engañosa. El optimismo es limitado, ya que el riesgo de errores de cálculo por parte de actores políticos y militares es alto.

En el caso de nuestro país, los riesgos principales a corto plazo tienen un carácter más económico: el aumento de deuda pública (1º), la escasez de mano de obra (2º) y la recesión económica (4º) son las amenazas más apremiantes en España. Además, los riesgos de carácter social y medioambiental también ocupan un lugar destacado entre los encuestados españoles con la polarización social en tercer puesto y la escasez de agua en el quinto. Esta amenaza resulta de especial relevancia ya que desempeña un papel significativo a la hora de desencadenar otros riegos y de influir sobre ellos. 

Todos estos desafíos son una amenaza para la estabilidad y el progreso. En estos 20 años en los que venimos colaborando en el Informe de Riesgos Globales, nunca hemos visto tan tensionado el equilibrio del sistema global. Como demuestran las conclusiones expuestas en esta edición, el momento de actuar es ahora. Los poderes públicos, administraciones y responsables empresariales deben sumar esfuerzos para disminuir la incertidumbre, generando estabilidad y consenso social para enfrentar los desafíos de esta época.

Es necesario trabajar juntos para fomentar la colaboración y la resiliencia. La buena voluntad y el deseo por una sociedad en la que los ciudadanos tengan mejores condiciones de vida es lo que debe movernos hacia un enfoque optimista para el futuro. Las apuestas nunca han estado tan altas.

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