Skip to main content

Artículo

Las 6 claves para la previsión empresarial en la era COVID-19

Nunca antes las compañías habían tenido que soportar una crisis como la recesión provocada por el coronavirus, en la que todo depende de cuándo y cómo reabrir los negocios tras las sucesivas olas de contagios. Mientras que la vacunación está dando esperanzas, su lento proceso recuerda que se avecinan días complicados.

Tras meses de pandemia, todavía hay comités ejecutivos que se han visto obligados a replantearse los calendarios de regreso a las oficinas, a reevaluar la previsión de demanda, a rediseñar sus cadenas de suministro o a revisar sus objetivos financieros.

La clave de la previsión empresarial en estos tiempos sin precedentes es tener en cuenta los seis impulsores más importantes de la transmisión del virus, cuatro de ellos epidemiológicos y dos estadísticos. Teniendo en cuenta estos factores, las empresas pueden mejorar su planificación desarrollando pronósticos más realistas y análisis de escenarios inteligentes.

1.       Casos no detectados

El primer paso en la predicción es tener en cuenta los casos de COVID-19 no detectados. Los estudios médicos muestran que hay un volumen mucho mayor de casos no detectados que de casos detectados, ya sean por infecciones asintomáticas, falsos negativos o pruebas insuficientes. La relación entre los casos no detectados y los detectados difiere por región y a lo largo del tiempo.

Las empresas deben vigilar las estimaciones de los casos no detectados para saber cuándo aumentan los niveles de inmunidad en ciertas regiones y, por lo tanto, sentir más seguridad para que los empleados vuelvan a las oficinas.

2.       El comportamiento humano “no estacionario”

El siguiente paso es considerar cómo está cambiando el comportamiento humano en respuesta al virus y cómo el número de personas vulnerables a la enfermedad está disminuyendo con las vacunas. Por ejemplo, cuando la COVID-19 comenzó a propagarse, las personas cambiaron sus rutinas, evitando aglomeraciones, restaurantes y gimnasios y haciendo uso de mascarillas. Estos comportamientos fueron "no estacionarios", lo que significa que cambiaron con el tiempo y es probable que sigan cambiando en el futuro.

Teniendo en cuenta estos comportamientos no estacionarios, las empresas pueden avanzar en la planificación, el aprovechamiento de las oportunidades y el control de los costes. Varias empresas han desarrollado predicciones más precisas de la demanda y el tráfico de clientes mediante el seguimiento de los cambios en la movilidad, lo que les ha permitido reorganizar correctamente al personal gestionando los costes y mejorando la rentabilidad. 

3.       Heterogeneidad

Las empresas también deben considerar las formas en que interactúan grupos de personas de diferentes edades y en diferentes entornos como el trabajo, el hogar y el colegio. Por ejemplo, muchas personas se desplazan al trabajo en trasporte público, mientras otras se quedan en casa. Estas diferencias en el comportamiento afectan a la propagación del virus, ya que unos tendrán más probabilidad de contraer el virus que otros. Este análisis ayuda a planificar el proceso de vacunación: primero a los sanitarios porque son los más expuestos al virus y los que más interactúan con los diferentes grupos de la sociedad. Finalmente, al proporcionar inmunidad a los más vulnerables se reducirá la tensión en el sistema sanitario y, lo que es más importante, se reducirá el número de muertes.

4.       Mezclas en la sociedad

Otro paso relacionado con la planificación es comprender el fenómeno de las mezclas en la sociedad, cuando un gran brote comienza en un grupo reducido de personas que lo propagan ampliamente, como ocurre en las universidades.

Las empresas que, en la medida de lo posible, desarrollen agrupaciones para evitar mezclas, lograrán reducir la propagación del virus si algún empleado se contagia y conseguirán mantener abierta la empresa durante el brote.

5.       Desconocidos

Los dos últimos pasos de la previsión son estadísticos. El primero es la contabilidad de las incógnitas: ¿existen factores para los cuales nadie puede estimar el resultado? Las empresas que controlan esto partiendo de una amplia gama de supuestos tienen mucho más éxito en la planificación del futuro.

Por ejemplo, conocer cuántas personas están dispuestas a vacunarse afecta directamente a las empresas, ya que las personas vacunadas se sentirán más seguras participando en todos los aspectos de la economía.

6.       Aleatoriedad

Por último, las empresas tienen que evaluar el factor más casual de todos: la aleatoriedad. Un evento aleatorio inesperado puede tener un efecto masivo. Los pronósticos que incluyen la posibilidad de la aleatoriedad comprenden mejor el alcance de los problemas y las soluciones.

Por ejemplo, se están solicitando muchas más citas virtuales que nunca, por lo que las administraciones deberán consolidar sus estructuras tecnológicas y considerar otra forma de hacer negocios, que perdurará después de la crisis de la COVID-19.

En resumen

Modelar todos estos factores no es fácil, pero los líderes empresariales que puedan considerarlos por separado y en conjunto estarán mejor preparados para enfrentarse a la peor pandemia en un siglo.