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11/08/2022 · 4-minute read
El aumento de los niveles de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera está provocando un aumento de la temperatura y los correspondientes cambios en nuestro clima. Por eso, su reducción es fundamental para hacer frente al creciente riesgo climático.
En 2015, alrededor de 200 países firmaron el Acuerdo de París, donde se comprometieron a reducir sus emisiones de GEI y a adaptarse a los impactos del cambio climático. A medida que los gobiernos y las organizaciones nacionales establecen sus metas climáticas, su compromiso de reducir las emisiones de GEI ha reforzado el impulso hacia el cero neto.
El concepto de cero neto hace referencia a equilibrar la cantidad de GEI emitidos a la atmósfera en relación con los que se eliminan. Conseguir un nivel de emisiones real o absoluto, en el que no se emita ningún GEI a la atmósfera, suele ser prohibitivo, costoso o perjudicial para determinados sectores. Es por esto, que lograr el cero neto mediante la reducción de las emisiones de GEI y la eliminación de las emisiones residuales, se considera más factible desde el punto de vista tecnológico y económico.
Existen varios marcos y normas para ayudar a las organizaciones a establecer sus compromisos de cero neto y permitir a las partes interesadas o grupos de interés, evaluar estos compromisos.
Consulte este glosario para ayudarle a entender la terminología relacionada con cero neto.