Cada etapa de la vida tiene características propias, tanto de vulnerabilidad como de oportunidades. Hay que reconocer que las vivencias a lo largo de cada etapa de la vida, pueden traer beneficios y/o complicaciones en la siguiente etapa
En las últimas décadas, los retos para mejorar la salud se han vuelto impredecibles por una serie de factores como la mala alimentación, los cambios climáticos, presencia de enfermedades crónicas, sedentarismo y nuevas enfermedades infecciosas. Sin embargo, una tendencia es segura: el envejecimiento de la población se está acelerando en todo el mundo.
Hoy en día es común que una persona llegue a los 60 años de vida, y la expectativa está inclusive por encima de esa cifra. Pero llegar a esa edad en un buen estado de salud no es coincidencia sino producto del cuidado constante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que la tendencia global va hacia el aumento de las enfermedades no transmisibles (crónicas), especialmente las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Un 72% de las muertes en el mundo se deben a las enfermedades crónicas, asociado a la alteración en la calidad de vida y aumento en el costo de vida.
Nuestra realidad ha variado en el tiempo y varía de acuerdo a la edad de cada individuo, por lo que se deben aplicar estrategias de prevención.
La OMS recomienda mejorar la nutrición en la etapa infantil y la niñez, mejorar la salud materna, disminuir el impacto del VIH, la malaria y otras enfermedades infecciosas, así como mejorar las condiciones de salubridad.
En los adolescentes y jóvenes la recomendación es promover la toma de conciencia sobre cuestiones de salud, evitar embarazos no deseados, identificar alteraciones psicológicas y de comportamiento de manera temprana. Mientras que en los adultos y ancianos se debe mejorar en el estilo de vida, promover alimentación saludable, realizar chequeos preventivos, mejorar políticas en leyes de tránsito y promover la actividad física.
El resultado la prevención en etapas tempranas conlleva a un envejecimiento saludable, por lo que debemos prestar atención a las dificultades propias de esta etapa:
- Etapa 1: Diversidad en la vejez
- Etapa 2: Inequidad Sanitaria
- Etapa 3: Estereotipos obsoletos y discriminatorios contra la tercera edad
Ante tal situación se deben establecer estrategias y compromisos para lograr mantener la capacidad funcional que permite obtener el bienestar en la vejez. Las medidas que se puedan tomar hoy serán una inversión en el futuro de nuestra sociedad, ofreciendo un ambiente saludable para nuestro propio bienestar.