En su 11.ª edición, el Informe Riesgos Globales 2016 destaca las formas en las que los riesgos globales podrían evolucionar e interactuar en la próxima década. El año 2016 marca un claro punto de quiebre con respecto a resultados anteriores, ya que los riesgos sobre los que el informe ha estado alertando durante la última década están empezando a manifestarse de formas nuevas y en ocasiones inesperadas y a afectar a las personas, las instituciones y las economías. Es probable que el calentamiento global eleve la temperatura 1° C con respecto a la media de la era preindustrial, 60 millones de personas, más que la población de España, han sido desplazadas y los delitos cibernéticos cuestan a la economía mundial aproximadamente 445.000 millones de dólares, lo que supera los ingresos de Chile. En este contexto, el informe hace un llamado a la construcción de resiliencia (el «imperativo de resiliencia») e identifica ejemplos prácticos sobre cómo podría lograrse.
Por segundo año consecutivo, los temas geopolíticos siguen ocupando un puesto prominente en las preocupaciones de los participantes del estudio de Percepción de Riesgos Globales. Así pues, el informe profundiza en el panorama internacional de seguridad y analiza sus principales determinantes. , En concreto, el informe estudia cómo podría verse afectada por la Cuarta Revolución Industrial y el cambio climático. Los tres escenarios desarrollados en este contexto presentan nuevas maneras de construir resiliencia a las amenazas a la seguridad mediante colaboración público-privada.
El informe también toma distancia y analiza cómo los riesgos y tendencias globales emergentes-- como el cambio climático, el aumento de la ciberdependencia y las desigualdades económicas-- están afectando a unas sociedades que ya se encuentran bajo presión, y destaca tres grupos que denomina riesgos contextualizados (Risks in Focus). Puesto que para la construcción de resiliencia es fundamental tener la capacidad de analizar riesgos globales desde el punto de vista de actores específicos, el informe también analiza la importancia de los riesgos globales para la comunidad empresarial a nivel regional y nacional.
Definición de riesgos y tendencias globales
Un riesgo global es un acontecimiento o condición incierta que, de producirse, puede tener un impacto negativo considerable para varios países o sectores en los próximos 10 años.
Una tendencia global es un patrón a largo plazo que ya está teniendo lugar y que podría contribuir a amplificar riesgos globales y/o alterar la relación entre ellos.
La Encuesta de Percepción de Riesgos Globales
Casi 750 expertos y encargados de toma de decisiones en las multiples comunidades de interésdel Foro Económico Mundial participaron en la encuesta de Percepción de Riesgos Globales de este año. Los participantes vienen del mundo de los negocios, las universidades, la sociedad civil y el sector público y diversas áreas de experiencia, geográficas y grupos de edad.
La encuesta pidió a los participantes que tuvieran en cuenta 29 riesgos globales (clasificados como sociales, tecnológicos, económicos, ambientales o geopolíticos) en un horizonte de 10 años, y que puntuaran cada uno de ellos según la probabilidad de que ocurran, así como su impacto en caso de ser así.
Después de ser ranqueado entre los cinco riesgos con mayor impacto durante los últimos tres años, la falta de mitigación y adaptación al cambio climático sube en 2016 y se percibe como el riesgo con mayor impacto para los próximos años por delante de las armas de destrucción masiva que aparece en segundo lugar. Las crisis de agua ocupan el tercer puesto. Las migraciones involuntarias a gran escala también forman parte de los cinco primeros en términos de impacto, así como el impacto generado por cambios en el precio de la energía (por aumento o disminución).
El riesgo considerado más probable son las migraciones involuntarias a gran escala. El riesgo que ocupaba el primer puesto el año pasado (los conflictos interestatales con consecuencias regionales) cede su lugar a los riesgos ambientales derivados de fenómenos meteorológicos extremos y a la falta de mitigación y adaptación al cambio climático, seguido de los grandes desastres naturales.
Entre los riesgos globales que siguen siendo serios debido a su impacto combinado y probabilidad se encuentran algunos riesgos económicos, como por ejemplo las crisis fiscales en economías clave y un alto desempleo estructural o subempleo. Estos están complementados por los ciberataques y una profunda inestabilidad social. Su evaluación refleja el impacto potencialmente profundo de la Cuarta Revolución Industrial sobre la economía y la sociedad, y hace hincapié en la necesidad de actuar para salvaguardar futuros beneficios.
A los participantes también se les preguntó qué riesgos estaban relacionados y podrían dar lugar a riesgos en cadena. Se destacaron tres: primero, la posibilidad de que el cambio climático exacerbe las crisis del agua, con impactos incluyendo conflictos y un aumento de la migración forzosa. Una efectiva respuesta requeriría una mejor gestión del agua en respuesta al cambio climático y políticas para responder a una población en crecimiento y al desarrollo económico. En segundo lugar, la necesidad de abordar la crisis global de refugiados, poniendo un mayor énfasis en políticas que puedan construir resiliencia además de responder a la crisis inmediata. Finalmente, los riesgos derivados con la incapacidad de entender bien los retos en torno a la Cuarta Revolución Industrial y cómo esta transición afectará a los países, las economías y las personas en un momento de desaceleración económica.
Riesgos contextualizados (Risks in Focus)
La clave para construir resiliencia es la estabilidad de las sociedades. Por lo tanto, el primer riesgo contextualizado atiende a las complejas dinámicas de las sociedades en la era de la digitalización y trata el fenómeno del ciudadano (des)empoderado, resultado de la interacción de diversas dinámicas. En un contexto en el que la tecnología empodera a los ciudadanos a la hora de encontrar información, conectarse con otros y organizarse, estos ciudadanos se sienten, sin embargo, privados de derechos por parte de élites distantes. El informe analiza el camino a la inestabilidad social si tanto gobiernos como empresas se embarcan en acciones represoras o en la inacción por causa de la incertidumbre sobre cómo tratar con una ciudadanía más informada, conectada y exigente, lo que podría conducir a una espiral creciente de desconfianza y respuestas más confrontacionales por ambas partes. Este apartado también analiza los beneficios que podrían disfrutar gobiernos y empresas si buscan proactivamente formas de conectarse y de dialogar con ciudadanos preocupados.
La seguridad alimentaria en el contexto del cambio climático es el segundo riesgo contextualizado. Basándose en el nexo clima-agua mencionado en la Parte 1, este apartado discute cómo las pautas cambiantes del clima y las condiciones atmosféricas podrían poner en peligro la seguridad alimentaria y la producción agrícola en distintas áreas geográficas. Los países más vulnerables al clima suelen depender mucho de la productividad agrícola para apoyar el crecimiento y el desarrollo económico. Pero en los últimos años ha quedado en evidencia la vulnerabilidad de países del G-20 como India, Rusia y Estados Unidos (el granero del mundo) y otros grandes productores industriales de productos agrícolas. El apartado debate cómo las cosechas resistentes al cambio climático y las redes de la cadena de suministro, además de los programas de financiación y seguros, pueden ayudar a mitigar los efectos sociales, económicos y ambientales de los riesgos para la seguridad alimentaria relacionados con el cambio climático.
Sacando conclusiones de la crisis del ébola, el tercer riesgo contextualizado gira en torno a los brotes globales de enfermedades. Advierte que el crecimiento de la población, la rápida urbanización y los flujos transnacionales crecientes de materias primas, personas y animales, intensifican el riesgo de transmisión infecciosa a la par que disminuye la capacidad de respuesta, todo ello en un momento en el que aumenta la resistencia de los microorganismos a las medicinas más eficaces de hoy. La preparación y las medidas de respuesta mencionadas van desde lo conductual, como las campañas de comunicación y educación basadas en datos, hasta la necesidad de invertir en investigación y desarrollo de diagnósticos, medicamentos y vacunas y en los entornos que lo hacen posible, sobre todo en mejorar los marcos regulatorios. Esto plantea el imperativo de mantener colaboraciones público-privadas en áreas como la disponibilidad y análisis de datos, una agenda de investigación común, marcos regulatorios, financiación a largo plazo y formas de promocionar el compromiso de los medios como parte de una estrategia de comunicación eficaz de la gestión de crisis.
Para cada riesgo contextualizado se aportan ejemplos de tres mecanismos prácticos que pueden construir resiliencia frente a las amenazas identificadas.
Riesgos a la hora de hacer negocios
Se pidió a los participantes del sector privado en la encuesta de opinión de ejecutivos del Foro Económico Mundial que identificaran los riesgos que más les preocupan a la hora de hacer negocios en los próximos 10 años. Las respuestas, procedentes de 140 economías, ponen de manifiesto patrones de preocupación a nivel nacional y regional que pueden aportar información muy útil de cara a plantear iniciativas para involucrar al sector privado a la hora de construir resiliencia frente a los riesgos globales.
En una escala global, se mencionan dos riesgos económicos (el desempleo y subempleo y los shocks en el precio de la energía) como los más preocupantes a la hora de hacer negocios.. A esto le siguen la falta de gobernabilidad nacional, las crisis fiscales, las burbujas de precios de activos y los ciberataques.
Entre las respuestas de Europa predominan los riesgos económicos como las crisis fiscales, el desempleo, las burbujas y los precios de la energía (esta última, la mayor preocupación en Canadá), mientras que los líderes empresariales en Estados Unidos se mostraron más preocupados por los riesgos y los ataques cibernéticos. Los participantes de Rusia y Asia Central se preocupan principalmente por las crisis fiscales y el desempleo, junto con los riesgos de una inflación incontrolable y el conflicto interestatal. Los riesgos ambientales preocupan a los líderes empresariales en Asia Oriental y el Pacífico, además de los precios de la energía y las burbujas de activos.
En el Sur de Asia estas preocupaciones también incluyen los precios de la energía, junto con las crisis fiscales, el desempleo y la falta de gobernabilidad nacional (la principal preocupación en Latinoamérica y el Caribe), seguidos de los shocks en el precio de la energía y el desempleo. Los ejecutivos en Oriente Medio y el Norte de África también manifestaron preocupación por los precios de la energía, junto con el desempleo, los ataques terroristas y los conflictos interestatales. En el África Subsahariana, las principales preocupaciones de la comunidad empresarial son el desempleo, los precios de la energía, la falta de planificación urbana y la falta de infraestructuras básicas.