By Amy Barnes ,
Head of Climate & Sustainability Strategy
05/26/2022
Nuestra economía global depende de una entorno natural sano. El Foro Económico Mundial cuantificó esto al constatar que 44 mil millones de dólares de valor económico generado - más de la mitad del PIB mundial- depende moderadamente de la naturaleza y sus servicios.
Esta cuestión volvió a ser objeto de discusión en Davos, con una intensa sesión titulada El futuro de nuestra agua dulce en la que se analizaron los riesgos relacionados con el agua, el clima, la naturaleza, los alimentos y la energía.
En esta sesión no sólo escuchamos a los líderes políticos y a directores ejecutivos, sino también a la activista juvenil sobre el clima, Elizabeth Wathuti. Ella describió escenas de estrés hídrico extremo en su país natal, Kenia, señalando que las sequías y los bloqueos en Ucrania jugaron un papel importante en el hecho de que tres millones de personas en Kenia y 20 millones en el Cuerno de África, se enfrentaran al hambre extrema.
El problema de la escasez de agua es tanto local como global, y los países más vulnerables son los que más sufren. Los debates ahondaron en lo que esto significaba para los líderes empresariales y las lecciones que podían extraerse para el futuro de la gobernanza.
James Quincey, Presidente y Director Ejecutivo de The Coca-Cola Company, subrayó que las empresas no tienen que esperar una regulación para actuartomar medidas. Describió cómo Coca-Cola había alcanzado su objetivo de devolver toda el agua utilizada al medio ambiente a principios de 2015, y ahora está centrada en una estrategia para 2030, que aborda los impactos locales en los países con problemas de agua.
Una cosa que ha resonado tanto en esta sesión como a lo largo de la semana, es lo intrincadamente conectados que están los retos medioambientales. Algunos hechos lo sustentan:
Los gestores de riesgos deben adoptar una visión holística de los factores ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) y trazar las conexiones entre las distintas áreas. Al igual que los problemas se conectan, también lo hacen las soluciones: Los enfoques inteligentes de la agricultura, por ejemplo, utilizan menos agua y conservan más carbono en el suelo.
A medida que los líderes empresariales se centran cada vez más en la naturaleza, pensaremos en el riesgo de dos maneras: las empresas que dependen de la naturaleza, tendrán que comprender el valor de la empresa en riesgo por la pérdida de la naturaleza, mientras que las empresas que impactan en la naturaleza de manera negativa -o tengan el potencial de hacerlo- tendrán que entender su riesgo de reputación.