By Nick Faull ,
Head of Climate & Sustainability Risk, Marsh
07/15/2022
Es comprensible que a muchos empresarios les resulte difícil relacionar los mundos superficialmente dispares de la naturaleza y las finanzas.
Sin embargo, la verdad es que la economía mundial no sólo está conectada con la naturaleza, sino que depende de ella. De hecho, de acuerdo con un estudio realizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), más de la mitad de la producción económica mundial (estimada en 44 mil millones de dólares) depende mucho o moderadamente de la naturaleza.
Las conexiones entre las empresas y la naturaleza pueden verse en todas partes, desde las industrias alimentarias y agrícolas que dependen de cosechas sanas y abundantes, el ganado y océanos con copiosos recursos hasta las empresas de construcción, fabricación y confección que necesitan madera, algodón y otros materiales naturales para fabricar sus productos. Todos estos sectores y otros más, dependen de la extracción directa de recursos naturales o de la prestación de "servicios ecosistémicos", sustentados por el medio ambiente, como suelos sanos, agua limpia, polinización y un clima estable.
A pesar de esta profunda y compleja relación entre el mundo natural y el corporativo, muchas empresas aún no logran considerar adecuadamente los riesgos y oportunidades a los que se enfrentan, relacionados con la naturaleza.
Así mismo los inversionistas, los prestamistas y las entidades regulatorias, exigen una mayor transparencia sobre la forma en que los riesgos relacionados con la naturaleza puedan afectar la producción económica. Por lo tanto, es cada vez más importante que los gestores de riesgos tengan una mejor comprensión del papel que desempeña la naturaleza, en cómo operan las empresas.
La pérdida de naturaleza es un problema grave y urgente. La pérdida acelerada de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas naturales, fueron señalados en el Informe de Riesgos Globales 2020 del WEF como las cinco mayores amenazas a las que se enfrentará la humanidad en los próximos 10 años.
Las principales amenazas a la naturaleza provocadas por el hombre incluyen: el cambio climático, la introducción de especies invasoras, los cambios en el uso del suelo, la tala de bosques tropicales para la agricultura, la sobreexplotación de los recursos naturales, como la pesca excesiva, la contaminación de la tierra, el mar y el aire.
Riesgos relacionados con la naturaleza
Estas amenazas crean una amplia gama de riesgos empresariales relacionados con la naturaleza, que pueden agruparse en las siguientes tres categorías:
También es importante considerar, que incidentes aparentemente aislados de pérdida de biodiversidad pueden causar problemas ambientales y económicos de gran alcance. Por ejemplo, una disminución en la población local de abejas, dado su importante papel como polinizadoras, podría reducir considerablemente el rendimiento de las cosechas.
Evidentemente, esto afectaría en primer lugar y en mayor medida al sector agrícola. Pero también podría tener repercusiones en las industrias derivadas, como la textil y la hotelera, que dependen de la producción agrícola.
El objetivo en común de los ecologistas y las empresas es, crear una "economía positiva relacionada con la naturaleza" en la que los sectores público y privado, trabajen conjuntamente para cuidar el capital natural del mundo y los invaluables ecosistemas que sustenta. Entonces, ¿cómo puede lograrse esto? Aprovechando las décadas de normativas y protección medioambiental que ya existen a nivel mundial. El reto es crear un enfoque global coordinado para incentivar a las empresas de todo el mundo a operar de forma más positiva respecto a la naturaleza.
Una iniciativa mundial de este tipo es el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD, por sus siglas en inglés), que recientemente lanzó un marco beta de prueba para ayudar a las empresas a considerar los riesgos relacionados con la naturaleza en sus decisiones financieras y estratégicas.
Varias empresas actualmente están probando el proceso LEAP del TNFD, que les aconseja:
La protección de la naturaleza también fue uno de los temas principales de la conferencia sobre el cambio climático, COP26, celebrada el año pasado en Glasgow, Escocia. Este espacio dio lugar a nuevas e importantes iniciativas financieras y políticas, para revertir la degradación de la tierra y la pérdida de bosques para 2030.
Podrían acordarse compromisos similares tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15) que se celebrará en Montreal, Canadá, en diciembre de 2022. La reunión de Davos de 2022 también puso a la valoración de la naturaleza, en un lugar destacado de la agenda.
El papel que desempeñan los seguros
Después de que los científicos hayan analizado el problema y los políticos hayan empezado a establecer un marco normativo, el sector de los seguros tendrá un importante papel que desempeñar en el análisis y la mitigación de los riesgos relacionados con la naturaleza.
Ya existen diversas formas de seguros medioambientales para compensar la pérdida de recursos naturales o los daños a la biodiversidad. Es probable que la creciente sensibilización en torno a la naturaleza, impulse una mayor innovación. Esto podría incluir productos de seguros paramétricos, a través de los cuales los pagos de los seguros estén ligados a la abundancia de un determinado activo natural. De manera alternativa, podrían mejorarse las condiciones de los seguros en lugares, donde las soluciones basadas en la naturaleza contribuyan a la resiliencia medioambiental, como los manglares. Los manglares sustentan la biodiversidad y son disipadores naturales de carbono, haciendo que una región costera sea más resiliente al riesgo de inundación.
Tras el extenso trabajo que muchos en el sector de los seguros y en torno a él han realizado para modelar los impactos del cambio climático (como el clima extremo y otros desastres naturales) existe ahora, una gran variedad de datos y análisis disponibles para evaluar los riesgos relacionados con la naturaleza. Entre estos se encuentran las imágenes por satélite para vigilar la degradación del medio ambiente y las herramientas que modelan los riesgos de la cadena de suministro, en función de los recursos naturales.
Una importante tendencia emergente, será la integración de estos dos enfoques. De esta manera una mejor comprensión del papel que desempeña la naturaleza en la regulación del clima, deberá ir acompañada de una mejor comprensión, de cómo los riesgos climáticos afectan a la naturaleza.
Estos avances son alentadores, pero siguen siendo los primeros pasos de un largo camino por recorrer. Por ejemplo, aunque más del 20 % de las empresas más grandes del mundo se han comprometido con la huella de carbono cero, la mayoría aún no reconoce el papel que desempeñará la naturaleza en la consecución de ese objetivo. Afortunadamente, la senibilización es cada vez mayor.
Si los gobiernos y las empresas, incluido el sector de los seguros, toman medidas, la frase "economía positiva para la naturaleza" pronto será tan familiar en los círculos empresariales como las "emisiones netas cero".