Dentro de los tipos de contratos realizables dentro del mundo empresarial o en base a las relaciones comerciales tradicionales, existen múltiples opciones con distintas características que se ajustan a los intereses y necesidades particulares de las partes legales.
Dentro de todas estas, una que destaca por el beneficio que presenta para los intereses de las partes extremas y al intermediario dentro del proceso de mediación, este es conocido como: Contrato de mediación.
Pero ¿En qué consiste realmente este?
Contrato de Mediación: Conceptos y características
El contrato de mediación es una modalidad de contrato legal que se define como aquel en el que una de las partes, en este caso el mediador o corredor, se compromete a cambio de una remuneración específica, a promover o facilitar la celebración de contratos entre el contratante y los terceros. De esta forma, el contrato se realiza finalmente entre el cliente y el tercero, sin que el mediador sea parte en el mismo.
Este básicamente consiste en puesta en contacto entre dos partes para la celebración de un negocio, y a su vez el corredor o mediador deberá realizar las actividades oportunas para conseguir este objetivo.
A su vez, se sustenta bajo el principio de libertad de forma, por lo que puede celebrarse de forma verbal o escrita, excluyendo situaciones legales específicas que requieran un respaldo escrito.
Ahora, dentro de este, existen ciertas obligaciones requeridas al mediador durante del proceso de mediación, dentro de las cuales relucen:
El mediador debe cumplir con un deber de diligencia, lo que significa que está obligado a desplegar la actividad como un proceso regular dentro del ejercicio de sus atribuciones profesionales.
Mantener de manera privada y secreta tanto los acuerdos de los negociantes como también las identidades personales de cada uno de los miembros y sus intereses.
Ofrecer información puntual al cliente sobre el estatus de los procesos que se realizan dentro y fuera del contrato.
Cumplir las cláusulas delimitadas en el contrato y estar presente dentro de cada uno de los establecimientos de uso de comercio.
Finalmente, es importante tomar en cuenta que el cliente posee ciertas obligaciones también, siendo la principal cumplir con la retribución acordada en el momento en el que concluya el contrato, y a menos que se pacte alguna cláusula especial dentro de este, el pago deberá ser realizado por el sujeto encargado de realizar el primer contacto.