Stephanie Brunermer
Global Research and Solutions, MMB
La pandemia de COVID-19 ha demostrado a los empleadores que el éxito de un negocio depende de la salud y el bienestar de su fuerza laboral, por lo cual los programas de beneficios están recibiendo cada vez más atención por parte de la alta dirección. Si bien este renovado énfasis es una buena noticia para los empleados, los equipos de recursos humanos y beneficios deben estar enfocados en asegurarse de que los planes brinden el valor adecuado por el dinero invertido y respalden los objetivos comerciales más amplios.
Casi la mitad (48%) de las aseguradoras afirman que el acceso a los sistemas de salud pública ha empeorado desde la pandemia. Esto podría indicar a los empleadores que más empleados recurrirán a ellos para abordar las brechas de los sistemas sanitarios de todo el mundo. Los empleadores deben estar preparados para tomar decisiones financieras y de diseño de planes Es importante que las empresas no sólo monitoreen estos cambios, sino que también consideren la posibilidad de "presionar a sus aseguradoras" para que adopten enfoques más integrales y progresistas, como dirigir a las personas hacia una atención de mayor calidad.
Cerrar estas brechas puede tener impactos en los costos, por lo que comprender los factores que impulsan los costos de los siniestros será fundamental para contenerlos a largo plazo. Nuestra investigación indica que el aumento de los costos médicos se debe no solo a la inflación médica, sino también a los cambios en la utilización (por ejemplo, más reclamaciones) y cambios en la combinación de tratamientos (por ejemplo, avances en la atención digital).
A pesar de estas tendencias, las aseguradoras se muestran reacias a realizar cambios en los diseños de planes estándar en todos sus negocios. Los empleadores deben desempeñar un papel activo en presionar a las aseguradoras para que consideren abordar las brechas creadas por los cambios gubernamentales, y al hacerlo, también deben monitorear la experiencia del plan, incluidas las reclamaciones de alto costo, para limitar las posibilidades de sorpresas al momento de presupuestar. Al dirigirse a los impulsores de costos de un plan, abordar las brechas e implementar políticas para respaldar la prevención y el manejo de enfermedades, los empleadores pueden ayudar a mitigar el riesgo de reclamaciones a largo plazo.
Al abordar las brechas, otra área de interés para los empleadores debe ser garantizar que los beneficios sean equitativos. La inflación y la crisis del costo de vida han ejercido presión sobre el costo de los programas de beneficios, tanto para los empleadores como para los empleados. Los elementos de diseño, como los sublímites de gastos y los máximos anuales/vitalicios, pueden trasladar involuntariamente los costos a los empleados, haciendo que la asistencia sea inasequible. Los empleadores deberán revisar constantemente las áreas de participación en los gastos para garantizar que se ofrece ayuda a los empleados que más la necesitan.
Nuestra investigación Riesgos de Personas 2022 mostró que los riesgos administrativos y fiduciarios han alcanzado el segundo lugar entre los 25 riesgos que afectan a las personas a nivel mundial, lo que pone bajo mayor escrutinio no solo los beneficios asegurados, sino también la jubilación, la compensación ejecutiva y los fondos de inversión. A medida que aumenta la importancia estratégica de los beneficios y que la alta dirección se involucra más en el diseño, entrega y financiamiento de los planes, esperamos una mayor necesidad de que los administradores de beneficios creen estrategias de beneficios plurianuales bien articuladas y vinculadas a los objetivos organizacionales.
El primer paso para un empleador es enfocarse en el desarrollo de un modelo de gobernanza claro para sus planes de beneficios. Esto incluye el desarrollo de una filosofía de beneficios, articulada a través de una lista de principios rectores y objetivos que ayuden a soportar las decisiones de diseño de los planes de beneficios. Este trabajo establece la estructura necesaria para ejecutar en los planes los cambios necesarios en respuesta a las iniciativas organizacionales , relacionadas con la inclusividad; el medio ambiente, lo social y la gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) o cambios en la legislación.
Prepararse para estos cambios en el plan de beneficios es clave para el éxito. Enfocarse en cambios graduales cada año crea un espacio que permite realizar ajustes y retroalimentación según sea necesario para lograr los objetivos. Esto ayuda a las partes interesadas (empleados, sindicatos, directivos, proveedores e inversores) a comprender hacia dónde se dirige la empresa y a comprometerse con el proceso.
Los cambios incrementales también favorecen la contención de costos, permitiendo que el enfoque se centre en mejorar el valor en lugar de recortar beneficios. Ir más allá del próximo ciclo de renovación mientras se planifican cambios a largo plazo puede ayudar a los profesionales de beneficios a equilibrar la economía con la empatía.
El compromiso anticipado es la piedra angular del rediseño exitoso del plan de beneficios. A medida que aumentan los costos, es probable que los presupuestos sean sometidos a un mayor escrutinio. Asegurarse que la alta dirección tenga una comprensión sólida de lo que se quiere lograr les ayudará a involucrarse y respaldar el proceso. Necesitan escuchar los mismos mensajes de forma repetida y consistente, los cuales deben vincularse a los objetivos organizacionales
Considere establecer un comité directivo de estrategia de beneficios para brindar transparencia y abordar cualquier desafío. Idealmente, este comité sería multidisciplinario reuniendo áreas como salud y seguridad, gestión de riesgos y finanzas. Además, incluir funciones más amplias, como adquisición de talento, ESG y DEI, puede involucrar a un público más amplio en la discusión. Asegúrese de que los sindicatos y los consejos de trabajadores tengan la oportunidad de participar en lo que es importante para los empleados. Ellos necesitan comprender y compartir información sobre cualquier desafío que suponga mantener la sostenibilidad de los planes.
Es crucial centrarse en la comunicación con los empleados. Dichas comunicaciones deben enfatizar que los beneficios forman parte de la responsabilidad mutua de mejorar la salud de las personas. Nuestra investigación Tendencias Mundiales de Talento muestra que uno de cada tres empleados renunciaría a un aumento salarial a cambio de beneficios adicionales para su bienestar. Crear una cultura de salud a través de una marca de beneficios y estrategias de influencia puede ayudar a su empresa y a sus empleados.
Los empleadores se enfrentan a un entorno desafiante, con necesidades competitivas que traspasan los límites de la práctica habitual en materia de beneficios. Los empleadores deben encontrar un equilibrio entre economía y empatía a la hora de revisar el diseño del plan, teniendo en cuenta las dificultades que muchos empleados enfrentan frente a la inflación. Por otra parte, los empleadores deberán reconocer que muchas economías aún no han superado por completo la posibilidad de una recesión.
Los profesionales de beneficios pueden mantenerse enfocados al gestionar activamente sus planes, planificar los cambios necesarios a largo plazo e involucrar a todas las partes interesadas en el proceso. Estas acciones podrían ser fundamentales para su éxito.
Global Research and Solutions, MMB
Global Benefits Management, MMB