Ciudades de Latinoamérica como Lima, Ciudad de México, Bogotá y Sao Paulo, por mencionar algunas, tienen una alta contaminación de aire por emisiones de CO2, producto de la circulación de millones de vehículos. Este panorama hace que autoridades y actores del mercado abran las puertas al cambio de matriz energética en los vehículos, trayendo consigo la reaparición de los vehículos eléctricos, los cuales, al parecer, esta vez volvieron para quedarse.
En lo que va del 2018 existen aproximadamente tres millones de vehículos eléctricos circulando por el mundo. China es el país en donde se venden más unidades, seguido del continente Europeo; en Latinoamérica existe un crecimiento en cuanto a las ventas, pero a menor escala. En algunos países de nuestra región ya exoneran de impuestos la compra de estos vehículos para incentivar su masificación, además de aplicar políticas de renovación de parque automotor. El transporte público de pasajero es otro de los sectores por donde han ingresado los vehículos eléctricos, según se puede apreciar en las capitales de México, Brasil, Chile y Colombia.
¿Cómo podría impactar este nuevo tipo de unidades en una póliza de seguro de vehículos? El vehículo eléctrico no significa un cambio en la regulación de la circulación y las normas de tránsito: estas no se verían modificadas de manera significativa, por lo que las coberturas actuales de una póliza de seguros se mantendrían en los próximos años.
En donde sí creemos que tendrá un cambio en la póliza es en la tarificación y/o deducibles. La tecnología de este tipo de vehículos, entre ellos la batería y demás componentes, significan un cambio en las condiciones de aseguramiento. Aún no se dispone de información, casuística, estadísticas, etc., pero todo eso cambiará el proceso de evaluar el riesgo. Sólo la batería podría llegar a representar entre el 40% y 60% del valor del vehículo, y como ejemplo pongamos un autobús cuyo valor puede superar los 300 mil dólares.
Para las aseguradoras será de vital importancia saber la disponibilidad de repuestos en el mercado local, y los costos de mano de obra especializada para la reparación en caso de siniestros. En el caso de una pérdida total, será importante saber quién podría comprar los restos de una unidad de este tipo o si tendrán que asumir el 100% de la pérdida, pudiendo incluso afectar sus contratos de Reaseguro Exceso de Pérdida que se suelen tomar en este ramo para importes mayores a los que cada aseguradora decida retener.
Los corredores de seguros deben tener no sólo un mayor conocimiento, sino también una especialización en este tipo de pólizas para negociar y obtener los mejores términos y condiciones para sus clientes, entendiendo muy bien el riesgo al que está expuesto según el rubro en que se desarrolle cada uno de ellos.
Nos toca a todos los actores del mercado, desarrollar lo mejor de cada uno ante la inminente llegada del vehículo eléctrico.