Las tendencias médicas han sobrepasado la inflación general por casi tres veces durante los últimos años, y en este 2020, un nuevo factor entró al juego: la pandemia por COVID-19.
Durante el segundo semestre de este año, encuestamos a 239 aseguradoras en 56 países, para entender cuáles son las condiciones de salud, los factores relacionados con los proveedores y hábitos de consumo que impulsan los costos. COVID-19 ha hecho del 2020 un año retador.
El impacto de la pandemia en los costos ha variado de acuerdo con factores como la naturaleza de los gastos en salud, típicamente cubiertos por los planes, la duración / escala de los confinamientos que afectan la utilización y aspectos relacionados con la oferta, como la consolidación de proveedores y el precio de sus servicios.
Un cambio radical en las dinámicas del mercado
Esperamos que cuatro temas clave tengan un influjo importante en la forma en que las empresas se prepararán para el mundo post-pandemia, y cómo éstas construirán sus planes de salud futuros.
1. Incertidumbre en las reclamaciones
- Estar alerta. No existe una bola de cristal para predecir el tamaño y la naturaleza de los cambios, las utilizaciones y las reclamaciones del plan médico, pues la crisis de la COVID-19 continúa en curso.
- Esperar variaciones. Durante 2020 y 2021, el impacto del COVID-19 variará de acuerdo con el país y la región, trayendo una alta volatilidad financiera.
- Tener una visión de largo plazo. El efecto dominó de la pandemia COVID-19 cambiará los beneficios en salud en el futuro; la crisis trae la oportunidad de reinventar.
2. El control de costos genera valor y administra el riesgo
- Diseñar para generar valor. A través de cláusulas de cobertura, configuración de red y vinculación.
- Administrar el riesgo de la salud. Basados en los datos y que promueva una fuerza laboral saludable.
- Aprovechar oportunidades de eficiencias. A través de una financiación y colocación inteligente.
3. Beneficios que evolucionan hacia “verdaderos” beneficios
- Enfocarse en beneficios para empleados que realmente aporten valor. Para la organización y toda la fuerza laboral. Esto incluye dar acceso a trabajadores que hoy pudieran no tener acceso a estos beneficios.
- Priorizar la salud digital y mental. La búsqueda de mayor productividad y rendimiento serán factores prioritarios en la agenda.
- Pensar fuera de la caja. Lo que se ha dado en el pasado no funcionará en el futuro, en la medida en que las fuerzas laborales se vuelven más flexibles, simples y diversas.
4. Un mundo desafiante requiere una mentalidad retadora
- Aceptar la disrupción. Para balancear la economía con la empatía.
- Considere el ecosistema completo de beneficios. El seguro provee una base, pero una aproximación holística requerirá otras soluciones como provisiones de salud pública, salud ocupacional, servicios médicos empresariales y programas de retorno al trabajo COVID-19, así como otros recursos de salud y bienestar.
- Cuestionar las prácticas del Mercado. De la misma forma que el racional detrás de los beneficios cambia, las prácticas del mercado también deben mantenerse actualizadas.
El futuro del trabajo demandará empleados saludables y enfocados, en la medida que la tendencia médica continúe al alza. Es momento de considerar nuevas medidas audaces para entregar el máximo valor y balancear las preocupaciones sobre los costos del cuidado de la salud, con la empatía y compromiso de sus empleados.